Colonia Pheidole pallidula (III)

Colonia Pheidole pallidula: larvas gigantes

Empezaba el verano y cada vez se veían más huevos y larvas, que tendían a acumular alrededor de la seta:

Pheidole pallidula - huevos y larvas

Pheidole pallidula – huevos y larvas

Pero de entre todos, destacaban unas bolas enormes que siempre estaban atendidas en exclusiva por algunas esforzadas obreras. Comparadas con el resto de larvas, e incluso con las propias obreras, su tamaño era descomunal.

Pheidole pallidula - Huevos enormes

Pheidole pallidula – Huevos enormes

A pesar de lo joven que era la colonia, estos huevos solo podían ser una cosa: alados. Es decir, machos y princesas. Lo curioso es que pasaban los días y estos mega huevos aparecían y desaparecían. Supuse que al ser una colonia tan joven aún no requerían la presencia de alados y acababan comiéndose estos huevos. Si las larvas anteriores me parecieron grandes, en julio apareció la mega larva. Probablemente las larvas anteriores correspondían a machos y esta ya a una princesa. ¿Seguiría adelante con su desarrollo o se la zamparían también?

Pheidole pallidula - Larvas gigantes

Pheidole pallidula – Larvas gigantes

Al final parece ser que decidieron que querían una nueva princesa en el reino, y la larva se desarrolló y tomó forma de pupa:

Pheidole pallidula - Gran pupa

Pheidole pallidula – Gran pupa

A finales de julio apareció el primer macho. Y la princesa cada vez tenía un color más oscuro, lo que indicaba que ya le quedaba poco para ‘nacer’. Aquí se puede ver una bonita foto de la famila real que de repente tenía en mi minicolonia de Pheidoles, con la reina en el centro, el macho pegado al borde de la seta, y la princesa aún en forma de pupa pero con un color naranja oscuro. Parecen felices, aún ignorantes de su trágico final:

Pheidole pallidula - Familia real

Pheidole pallidula – Familia real

Y con todos ustedes, la primera princesa de la colonia:

Pheidole pallidula - Princesa

Pheidole pallidula – Princesa

En la foto se puede ver que las alas las tiene arrugadas y poco formadas. Por el motivo que fuera, nunca se le llegaron a desplegar bien. Y seguramente, este fue el motivo por el que a los pocos días las obreros decidieron asesinar y despedazar a su princesa. Y el macho siguió el mismo destino. Y es que en una colonia de  hormigas todo se rige por la practicidad. Si algún individuo es inútil, no merece la pena gastar recursos en ellos. Una princesa con alas atrofiadas no podría sobrevivir para fundar su colonia. Y un macho en una minicolonia de este tamaño tampoco tiene ninguna utilidad. Conclusión:

Que le corten la cabeza

Que le corten la cabeza

Y así fue como macho y princesa sucumbieron a su destino. Desde entonces no volvieron a aparecer larvas gigantes de alados. Tal vez la colonia había aprendido que aún era muy joven para desarrollar alados. Lo bueno fue que a partir de ese momento el número de huevos y larvas normales se disparó y empezaron a aparecer ya pupas de obreras y cabezonas.

Pheidole pallidula - Pupas

Pheidole pallidula – Pupas

Se avecinaba una explosión demográfica en toda regla. ¿A qué velocidad podría crecer la colonia durante los meses de más calor?

 

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