Archivo de la categoría: Colonia Lasius niger

Desarrollo de mi colonia Lasius niger

Colonia Lasius niger (IV)

Colonia Lasius niger (IV): «He visto cosas que vosotras no creeríais…»

En las colonias de hormigas todo está orientado a la supervivencia del grupo. El bienestar de la colonia está delante de cualquier individualidad, excepto de la reina.

Así, se producen fascinantes comportamientos como que los individuos más ancianos son los que se alejan más del hormiguero para recolectar alimento, o que los individuos heridos o enfermos son los que más se arriesgan y los que antes salen a explorar o a repeler ataques de posibles invasores.

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Colonia Lasius niger (III)

Colonia Lasius niger: traslado a hormiguero

A principios de junio de 2018, la pequeña colonia ya constaba de 8 obrerillas y una buena pila de huevos, larvas y capullos. Viendo la odisea que había supuesto trasladarlas a un nuevo tubo de ensayo, decidí conectarlas ya a un mini-hormiguero de 8×6 con seta para que fueran trasladándose cuando lo estimaran oportuno. Este hormiguero es ideal para estos momentos iniciales de una colonia.

Colonia Lasius niger – conexión a hormiguero

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Colonia Lasius niger (II)

Colonia Lasius niger: mudanza forzosa

Mis Lasius niger se estaban asfixiando en el tubo de ensayo con el algodón podrido y no había forma de que se mudaran. A principios de mayo (mes y medio después de recibirlas) tomé la decisión de forzar la mudanza, ya que corría el riesgo de que acabaran muriendo todas por cabezonas y negarse a cambiarse de tubo.

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Colonia Lasius niger (I)

Colonia Lasius niger: primeros pasos y primeros errores

Esta colonia la recibí en un tubo de ensayo en marzo de 2018. Era una minicolonia con 8 nurses y la reina, con apenas unos huevos. Era muy pronto para pensar en mudarlas a un hormiguero así que las puse en un lugar tranquilo a la espera de que la colonia fuera creciendo.

El problema de mantener colonias en los tubos de ensayo viene a la hora de alimentarlas. Se puede optar por dejar una microgota de aguamiel o agua con azúcar con una jeringuilla o bien dejar una pequeña bolita de algodón impregnada con estas sustancias. Lo de dejar una microgota no es tan sencillo como parece, ya que hay que controlar la jeringuilla para dejar la gota del tamaño adecuado. Y da igual lo que practiques, que cuando llega el momento de la verdad el dedo se va un poco y sale una gota más grande de la debida y se monta un caos.

Ese fue mi primer error. Sigue leyendo