Colonia Camponotus fallax: el inicio
Entre las agallas que recogí este verano durante las vacaciones, había una que estaba habitada por una especie que no conseguía identificar. De vez en cuando asomaba alguna la cabecita por el orificio de salida y así pude comprobar que se trataba de una hormiga de tamaño grande y color negro. Desde luego, no era una de las habituales inquilinas de las agallas, como pueden ser las Temnothorax, truncatus o quadripunctatus.
Dejé la agalla tal cual, metida en una cajita de jabón y a la espera de poder encontrarles un hogar más apropiado cuando volviera a casa. Aparte de ver asomarse de vez en cuando algún par de antenitas, poco movimiento más se veía. Hasta que llegó la noche, y una intrépida obrera decidió salir a explorar el terreno.

Obrera Camponotus fallax reconociendo el terreno
Por fin pude verla entera y comprobar que se trataba de una Camponotus fallax. Se trata de una hormiga que vive en los árboles, en colonias muy pequeñas (poco más de 50 individuos) y de hábitos nocturnos. Todo eso hace que sea una hormiga muy difícil de ver normalmente.
Una vez en casa, y como sus colonias son pequeñas y requieren muy poca humedad, decidí probar con un hormiguerito de diseño Z conectado a una pequeña caja de forrajeo. Abrí la agalla por la mitad y la dejé en la caja de forrajeo. Se trataba de una minicolonia de unas 10 obreras y la reina, pero con un montón de capullos a punto de abrirse ya. Era el 4 de agosto de 2018.

Media agalla en caja de forrajeo
En seguida se trasladaron al interior del hormiguero y fueron apilando los huevos, larvas y capullos en el interior de las cámaras.

Inicio del traslado
Tres días después, habían ocupado dos de las pequeñas cámaras y estaban totalmente asentadas en su nuevo hogar:

Colonia Camponotus fallax en hormiguero
A fecha 14 de agosto la colonia ya había crecido hasta los 17 miembros y había descubierto que les encantaban las moscas y el agua azucarada, con la que en seguida hinchaban sus gasters. Habían decidido trasladar toda la prole a una única cámara, junto a la reina.

Colonia Camponotus fallax asentada
Parecía que la elección del hormiguero había sido todo un acierto. Las amplias y altas cámaras, la disposición de las galerías y su sistema de humedad parecían encajar a la perfección con las necesidades de esta especie. Y lo fui comprobando durante los meses posteriores, en los que la colonia no paraba de crecer en número sin producirse ninguna baja. Y así, poco a poco, empezó su andadura esta colonia que se convertiría en una de mis favoritas.