Colonia Formica rufibarbis: del tubo al hormiguero
A principios de julio me donaron una reina. Quien la había cogido no sabía qué especie era en concreto, aunque estaba seguro de que era algún tipo de Formica. Me la dieron en un tubo de ensayo con un montoncito ya de huevos y larvas y nada más verla pude distinguir el sello rojo característico en la espalda que la delataba como Formica rufibarbis.

Reina Formica rufibarbis
Se trata de una especie muy inquieta que se alborota rápidamente si detectan vibraciones y se mueven muy rápidamente, así que lo mejor era dejar a la reina en un lugar lo más tranquilo posible y a oscuras. La dejé en un pequeño armario y solo la cogía muy de vez en cuando para ver si ya había alguna nurse (había ya algunas pupas) y para darle algo de proteína en forma de paté, que resultó encantarle:

Reina Formica Rufibarbis comiendo pate
En apenas dos semanas aparecieron las primeras nurses y decidí meter el tubo dentro de una caja de Ferrero Roche, para así poder dejarles más facilmente el alimento y que las nurses se encargaran de cogerlo. Resultaron ser unas grandes devoradoras y les encantaban las moscas, el agua con azúcar y el paté. En la foto de abajo se puede ver en montoncito de huevos, larvas y capullos que hay, junto con algunos restos de mosca que les daban de comer.
Como curiosidad, las nurses de esta especie son completamente negras, aunque cuando la colonia ya está madura, las obreras tienen el cuerpo rojo.

Colonia Formica rufibarbis – primeras nurses
Estaban teniendo un desarrollo rapidísimo, y como las obreras eran tan sumamente rápidas, tuve varios problemas de fuga al abrir la caja de forrajeo. Siempre había alguna obrera intrépida que salía a toda velocidad a conocer el mundo exterior que costaba dios y ayuda atraparla y devolverla dentro.
Dos semanas después había ya unas 20 obreras y opté por pasarlas a su primer hormiguero. En este caso opté por un hormiguero tipo Z, ya que se trata de una especie de buen tamaño y con necesidades de humedad no muy altas. Se trasladaron rapidamente y se adaptaron bien a su nuevo hogar

Colonia Formica rufibarbis – primer hormiguero

Colonia Formica rufibarbis – Primer hormiguero 02
Se trata de un hormiguero muy práctico que ocupa poco pero que a la vez es muy espacioso. Parecía que iba a ser el hormiguero perfecto para una buena temporada, pero en pocos días aparecieron los primeros problemas:

Colonia Formica rufibarbis – Primer problema
Una intrépida obrera se las había apañado para entrar dentro del sistema de humedad. Revisé el hormiguero y descubrí dónde estaba el problema. Me gusta desmontar los hormigueros para verlos bien y así poder evaluar sus pros y contras y posibles lugares de fuga. En este caso, al volver a montarlo se había quedado mal doblada la rejilla que debía separar a las hormigas de la esponja y se las habían apañado para colarse por ahí. Cada día aparecía una nueva obrera en ese hueco y empezaba a pensar que conseguían entrar pero no salir. Así que iba a tener que ponerle remedio a la situación rapidamente.